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- Notas preliminares
A diferencia del prefacio, esta introducción es de carácter
más técnico. No sólo en el uso idiomático
de la industria cinematográfica, sino también en las publicaciones
estadísticas, se hace uso de diferentes definiciones de un mismo
concepto (ej. “multiplex” y “coproducción”),
lo cual ocasiona confusión y malos entendidos. Con el “Anuario
Estadístico del Cine Europeo” también deseamos contribuir
a la unidad de una terminología razonada. Somos conscientes de
que la relativización del significado de algunos conceptos los
hacen ser más complicados de lo que parece a primera vista (ej.
el significado de una comparación internacional de los precios
medios de la entrada y del significado de “densidad de pantallas”).
Sin embargo, para aquellos que vean en este anuario algo más que
meras cifras estadísticas, se hace indispensable un planteamiento
más analítico. Por consiguiente, esperamos que las “páginas
amarillas” del “Anuario Estadístico del Cine Europeo”
sean valoradas como una aportación a una mejor comprensión
del desarrollo de la industria cinematográfica.
2 - El contenido del Anuario
La edición de 2008 consta de una serie de tablas comparativas,
que abarcan el período transcurrido entre 1989 y 2007 ambos inclusive,
lo que ofrece una imagen clara e inmediata de la situación global
y de las tendencias de la industria cinematográfica en los 34 países
de la Europa Occidental , Central y Oriental y de la Cuenca Mediterránea.
Siguiendo una larga tradición, esta edición se completa
con un apartado dedicado especialmente a los cines multiplex, dando información
sobre la situación a 31 de octubre de 2007 y a 1°enero de 2008.
También aparece una sección dedicada al cine digital en
todo el mundo, enumerando los cines digitales (equipados con tecnología
DLP Cinema™) a 30 junio de 2008. Esta introducción versa
sobre diversos problemas estadísticos, algunos de los cuales son
polémicos. La finalidad de este Anuario no es solo la de dar datos
fiables, sino también la de aclarar los conceptos y las relaciones
sobre las que los malos entendidos y los conceptos erróneos son
frecuentes. En la parte estadística se incluyen muchas notas. Una
gran parte de las mismas indican restricciones, haciendo que algunas de
las cifras sean menos significativas, si bien más realistas. Si
embargo, algunas notas, son de carácter esencial y hacen referencia
a apartados de esta introducción. Siguiendo los usos en las estadísticas,
los datos que no están disponibles están marcados por un
punto (.); las cifras que son exactamente cero están indicadas
por un guión (-), y aquellas que se aproximan a cero por 0, 0,0
o 0,00. Tras esta introducción se exponen las definiciones de trabajo
de los términos utilizados en este Anuario.
3 - El uso de las fuentes
Para evitar inexactitudes, recopilamos nuestros datos lo más fielmente
posible de fuentes primarias procedentes de asociaciones nacionales e
internacionales de la industria cinematográfica europea. MEDIA
Salles es también en contacto con de otras organizaciones nacionales
e internacionales. En los casos en los que se facilite la misma clase
de datos por parte de más de una 41 organización, siendo
una de las cuales una asociación nacional de exhibidores o distribuidores,
consideramos que uno de los dos últimos es la fuente más
fiable de datos en lo que respecta a las salas cinematográficas,
salvo que las cifras facilitadas por la misma sean aparentemente cuestionables.
De este modo, teniendo en cuenta el carácter corporativo de la
industria cinematográfica, el Anuario es, por decirlo de algún
modo, una publicación de las respectivas asociaciones, y de este
modo se recopila una información que de otro modo no habría
sido obtenida. Dado que algunas de las asociaciones e instituciones organizativas
antes mencionadas no tienen esta variedad de datos disponibles y que algunos
países parecen dar más valor a la información estadística
que otros, nos hemos visto obligados en determinados casos a incluir datos
procedentes de otras agencias y publicaciones. Por otro lado, las entidades
que facilitan datos relativos al equipo técnico, recaudación
por publicidad etc., son las fuentes principales en sus respectivos campos.
La consecuencia de esta visión es la de que en este marco una agencia
estadística gubernamental no es vista como una fuente principal
simplemente debido a su carácter gubernamental, salvo únicamente
en caso de que sea directamente responsable del contenido de la información
(tal cual es el caso de la CNC en Francia y de la FFA en Alemania). Además,
observamos que en algunas publicaciones el uso de las fuentes no es todo
lo claro que debería ser y nos crea dudas sobre cómo han
sido obtenidos los citados datos. En principio, consideramos inadecuada
la práctica de indicar la fuente sin mencionar el modo en el que
los datos fueron obtenidos (mediante cálculo, estimación
o incluso evaluación subjetiva). Otra práctica criticable
es la indicación de que una información no está disponible
cuando en realidad sí lo está. Este hecho, con el que nos
encontramos en algunas publicaciones estadísticas, ofrece un aspecto
desfavorable no sólo sobre la publicación en cuestión
sino también, inmerecidamente, sobre la fuente principal implicada
(ej. una asociación de exhibidores). No obstante, cuando la información
procedente de las fuentes principales resultaba escasa, hicimos uso de
dichas fuentes secundarias, dejando al lector la evaluación de
la fiabilidad de los datos en cuestión. Los datos aproximados se
indican con el prefijo c. y están escritos en cursiva. Para diversos
países, las cifras correspondientes a la recaudación por
distribución y/o la recaudación media por alquileres de
películas son estimaciones aproximadas. En estos casos (indicados
con una c.) hemos optado por la cifra que a nuestro criterio resulta más
fiable. No obstante, estas cifras no pueden ser vistas como muy significativas.
Para finalizar, debemos señalar que, mientras que hasta el 2001,
hicimos uso como fuentes con respecto a Alemania de la FFA además
de SPIO, con el consentimiento de este último en este momento utilizamos
principalmente la FFA. En lo que respecta a Suiza, los datos de Procinema
fueron utilizados hasta el año 2003, mientras que desde el año
2004 hemos estado utilizando nuestra fuente de la Oficina Federal de Estadísticas
(OFS), que también proporciona información de Liechtenstein.
4 – Divisas
En las tablas comparativas, los datos expresados en valores monetarios
se muestran en ECU hasta 1998 y en EURO desde 1999, mientras que en los
informes por países los datos se ofrecen en las respectivas divisas
nacionales (para la Eurozona , hasta el 2001). En consecuencia, debido
a las modificaciones en los tipos de cambio del ECU/EURO con relación
a estas divisas, es posible que las fluctuaciones de determinados datos
(ej. los precios medios de la entrada) no sean exactamente iguales a aquellos
que se muestran en las respectivas divisas nacionales. Para obtener una
impresión de la evolución de los precios de la entrada y
de la recaudación en un país, debemos mirar los capítulos
relativos a los países en cuestión (“Anuario Estadístico
del Cine Europeo”, “Source Document” – www.mediasalles.it/yearbook.htm),
mientras que las tablas comparativas figuran en primer lugar para comparar
las cifras en los diferentes países. Los tipos de cambio relativos
al ECU/EURO fueron tomados en lo que respecta al fin del año en
cuestión. Las cifras con respecto a las cuales se utilizaron fuentes
secundarias de datos en dólares no se muestran en estas tablas,
dado que se desconocen los tipos de cambio del dólar utilizados
en su cálculo y, en consecuencia, no pueden ser convertidos con
exactitud a los equivalentes en ECU/EURO. El uso del ECU (y del EURO desde
1999) para las tablas comparativas parece obvio dado que este Anuario
versa sobre datos europeos. Además, el uso de los dólares
en las tablas comparativas, tal y como nos encontramos en algunas otras
publicaciones, es menos apropiado en lo que respecta a las comparaciones
entre los datos relativos a los años sucesivos debido a que el
tipo de cambio en el dólar ha fluctuado mucho más que el
del ECU.
5 - Cines de arte y ensayo
También hemos facilitado una análisis sobre los cines de
arte y ensayo correspondientes a cada país. Sin embargo, el término
“cine de arte y ensayo” es difícil de definir. La CICAE
(Confederación Internacional de Cines de Arte y Ensayo en Europa)
no tiene miembros en todos los países, de modo que no podemos utilizar
la condición de miembro del CICAE como criterio. Por consiguiente
optamos por incluir en esta categoría a aquellos cines que estén
designados por las asociaciones a las que pertenecen como “cines
de arte y ensayo”. Otro problema en esta área es el de que
algunos cines de arte y ensayo no son comerciales y funcionan a base de
subvenciones de las administraciones públicas, mientras que otros
son comerciales y en ocasiones perciben una subvención parcial.
Salvo que se indique de otro modo, tan sólo hemos incluido los
“cines de arte y ensayo” comerciales, es decir, aquellos que
están dirigidos por empresas ya fueren parcialmente subvencionadas
o no.
6 - Cuotas de mercado de las películas
europeas
Se ha prestado particular atención a las cifras de las cuotas de
mercado de las películas nacionales y de las películas extranjeras
europeas. Sin embargo, dado que estas cifras no dan una impresión
del esfuerzo que se ha hecho para exhibir las películas europeas
(viendo las cifras de las cuotas de mercado de las películas de
los EE.UU. en determinados países, se podría pensar que
apenas ha habido algún estreno europeo en estos países),
hemos incluido en los perfiles nacionales, cuando estaba disponible, información
sobre el número de semanas en cartel de las películas europeas,
además de una tabla en la que se muestra un desglose de los espectadores
y de la recaudación de las películas europeas, en base al
país de origen. El propósito de este plan es el de mostrar
la circulación de las películas europeas fuera del país
de origen en Europa Occidental, Central y Oriental. Debe tenerse en cuenta
que las cuotas de mercado de las películas nacionales y de las
películas extranjeras europeas dependen también del éxito
de las películas estadounidenses. Teniendo esto en cuenta, los
resultados de las películas europeas en los países europeos
son más estables de lo que indican sus cuotas de mercado1. Mientras
que en la amplia mayoría de casos no resulta difícil decidir
si se debe otorgar a una cinta la condición de película
europea, la decisión en cuanto a los países en los que una
coproducción debe ser inscrita como nacional es a menudo arbitraria.
Un factor de complicación es el que, en las estadísticas
sobre las películas, las cuotas del mercado cinematográfico
de las películas nacionales se calculan incluyendo las coproducciones.
Ello no supone problemas en aquellos países donde se originan las
principales aportaciones a la producción de una película
y en los que ésta también refleja algo de la cultura de
dicho país. Sin embargo en diversas ocasiones sucede que también
se inscribe una película como coproducción en países
en los cuales la aportación es marginal o con cuyo contenido el
país en cuestión no guarda relación alguna (ej. una
aportación puramente económica), ocasionando de este modo
que la película siga siendo extranjera a ojos del público.
Esto significa que también en dichos casos las entradas a una coproducción
sean consideradas como nacionales en más de un país, favoreciendo
de este modo las cuotas de mercado de las películas nacionales,
mientras que la elaboración de las cuotas de mercado de las películas
extranjeras europeas (que apenas atraen atención política)
figuran en un porcentaje inferior al que realmente les corresponde. Dado
el aumento de coproducciones, existe una diferencia creciente entre la
anotación estadística de las cuotas de mercado de las películas
europeas extranjeras y lo que se anotaría en caso de que se usara
una definición operativa correcta de coproducción. Por consiguiente
recomendamos a la Comisión Europea que al menos introduzca un criterio
sobre esta materia2. La anotación correcta de las cuotas de mercado
de las películas europeas también se ve obstaculizada por
la consideración de todas 49 las coproducciones de uno o más
productores europeos con un productor estadounidense como películas
europeas, mientras que, de hecho, parte de estas películas tienen
un carácter puramente americano.
7 - Precios de la entrada
Los precios medios de la entrada convertidos al EURO varían considerablemente
de un país a otro. Sin embargo, las diferencias son mucho menores
cuando los precios se ajustan a la Paridad del Poder Adquisitivo. Esta
variación es nuevamente diferente cuando los precios se ajustan
al PIB per cápita, variable que sirve para comparar el promedio
de los precios “reales” de la entrada. Estos cálculos
demuestran que la importancia de las diferencias entre el promedio de
los precios de entrada depende en gran medida del modo en el que se comparan
dichos precios. Una tabla comparativa adicional tiene en cuenta el gasto
anual per cápita por la adquisición de las entradas de cine.
Además, en los capítulos sobre determinados países
hemos añadido los precios de entrada más elevados, cobrados
normalmente en las capitales.
8 - Densidad de pantallas
La densidad de pantallas viene a menudo indicada como número de
habitantes por pantalla (siendo factores inversamente proporcionales).
Tal y como bien se expone en el Screen Digest de septiembre de 1994 (p.
202) “la relación entre la densidad de pantallas y la venta
de entradas es especialmente pertinente en un momento en el que los operadores
multiplex están implementando planes de expansión en muchas
partes del mundo”. A primera vista parece que existe un vínculo
directo entre la densidad de pantalla y las entradas per capita, “pero
un análisis tan simple nos haría ignorar algunos factores
sociales y económicos extremadamente importantes” (ibid.,
p. 203). Uno de estos factores es, sin duda, la densidad de población:
en una zona densamente poblada (especialmente si está distribuida
uniformemente), la población tiene la opción de diversas
pantallas cinematográficas en una distancia corta. Sin embargo,
en países (o regiones) con una baja densidad de población,
la densidad de pantalla puede ser elevada si se usa el número de
habitantes por pantalla como medida, como es el caso, por ejemplo, de
Suecia y Noruega. Entre la densidad de población y la densidad
de pantallas se ha averiguado una correlación considerable (0,82
en 1991 y 0,84 en 1995)3. Desde esta perspectiva, puede deducirse la siguiente
hipótesis: “a mayor densidad de población, menor puede
ser la densidad de pantalla al efecto de ocasionar, bajo circunstancias
de otro modo equitativas, un determinado número de entradas per
cápita”. El impacto de la distribución de la población
ha sido estudiado con más detalle en “Cinemagoing Europe”
(Dodona Research 1994). Los datos mencionados sobre Noruega constituyen
un claro ejemplo de ello: es el tercer país con la mayor densidad
de pantallas en Europa Occidental sin embargo Oslo tiene una densidad
de pantallas inferior a la media nacional correspondiente a todos los
países europeos salvo cuatro (páginas 17-18). Sin embargo,
incluso expertos utilizan a menudo razonamientos bastantes superficiales
sobre la relación entre el número de personas por pantalla
y las entradas per cápita, lo cual tiene consecuencias graves para
toda la industria. Es por ello que, desde la tercera edición del
Anuario, se ha venido introduciendo otra forma de medir la densidad de
pantalla, a saber, la densidad de pantallas por kilómetro cuadrado.
En cuanto al número de pantallas en un país, Dodona Research,
1994, destaca que la ausencia de datos sobre las pantallas a tiempo completo
y a tiempo parcial es crítica (p. 17). Naturalmente, no sólo
los cines cerrados no deberían excluirse, sino también los
cines que realizan muy pocas proyecciones. No obstante, incluso las pantallas
a tiempo completo forman un grupo bastante heterogéneo en lo que
respecta al número de proyecciones dadas. Por ejemplo, una pantalla
con una sola proyección todos los días del año, es
más similar a una pantalla “a tiempo parcial” con tres
proyecciones diarias durante seis meses, que a una pantalla con proyecciones
continuas. Por consiguiente, una mera división entre pantallas
a tiempo completo y pantallas a tiempo parcial, no daría como resultado
una mejora estadística. Además, es muy difícil obtener
datos fiables sobre el número de proyecciones anuales de cada país.
Esta imperfección estadística es aceptable y en nuestra
opinión no constituye un gran problema. Sin embargo, en la medida
en que estaba disponible, hemos venido publicando esta clase de información
desde la edición de 1997.
9 - Recaudación por publicidad
Los datos relativos a estos ingresos no son totalmente comparables, dado
que mientras en algunos países se dan las cuotas de los exhibidores,
en otros tan sólo se conocen las cifras relativas a los ingresos
totales por publicidad, cifras que, en algunas ocasiones, incluyen los
costes de producción de los anuncios.
10 - Multiplexes/Megaplexes
Hasta la fecha no existe definición alguna para el término
“multiplex”, generalmente empleado en todos los países.
Esto es un hecho lamentable ya que, en su lugar, se utilizan términos
como “complejo cinematográfico” “multipantalla”,
“multiplex” y “megaplex” o “megacine”
y, a menudo, se hace un mal uso de los mismos, causando confusión
entre los periodistas y de este modo también entre el público.
Un término especial tan solo es significativo si va a ser usado
para hacer una distinción significativa. Basándose en una
investigación econométrica encargada por MEDIA Salles, London
Economics llegó a la conclusión de que “el efecto
multiplex puede ser únicamente aplicado a cines que cuenten con
8 o más pantallas, no con 6 o 7” (“Cinema Exhibition
in Europe, White Book of the European Exhibition Industry”, MEDIA
Salles 1994, segunda edición, Vol. 2, p. 48). Podemos encontrar
un punto de vista similar en el “Dodona Research 1994” (“Cinemagoing
Europe”, p. 3). Los criterios que deban ser añadidos a la
definición de “multiplex” o de “megaplex”
pueden, naturalmente, ser más o menos arbitrarios. Para estimular
un uso de términos de mayor aceptación general, la Asamblea
General de la Union Internationale des Cinémas (UNIC) celebrada
en mayo de 1998, decidió por unanimidad que, basándose en
la investigación antes mencionada, los cines deberán tener
al menos ocho pantallas para tener la denominación de multiplex,
y dos veces este número, es decir, al menos 16 pantallas, para
poder tener la denominación de megaplex. Naturalmente, la Asamblea
General de la UNIC era consciente del hecho de que existían más
criterios de importancia significativa, por ejemplo instalaciones de aparcamiento,
butacas en grada, aire acondicionado, pantallas de gran tamaño,
vestíbulos espaciosos (véase por ej. J. Ph. Wolff, “Of
multiplexes and multiscreens”, UNIC París, Dic. 1993 –
también en francés). Sin embargo, desde un punto de vista
estadístico, los criterios cualitativos como estos son muy difíciles
de manejar. Puesto que no existen muchos lugares con ocho o más
pantallas que no deberían ser denominados multiplexes debido a
que no cumplen dichos criterios cualitativos, la categoría de 8
o más es bastante homogénea, lo cual es una ventaja a efectos
prácticos. Es algo generalmente admitido que una consecuencia negativa
de esta definición operativa es la de que un cine con menos de
8 pantallas puede convertirse estadísticamente en un multiplex,
“por la puerta de atrás” por decirlo de algún
modo, con tan sólo añadir una o dos pantallas a las instalaciones
hasta sumar un total de ocho o más. La razón para asignar
un término especial a los multiplexes con un gran número
de pantallas es la de que aparentemente tienen una mayor área de
captación que los multiplexes más pequeños. La cifra
de 16 no se basa en el resultado de una investigación científica,
si no que es más o menos arbitraria y podría igualmente
haber sido 15 o 17. Entretanto, el criterio de las 8 o más pantallas
ha sido adoptado en la mayoría de los países europeos. En
Francia (junto con la condición de poseer más de mil asientos)
es incluso la definición oficial del Centre National de la Cinématographie
(CNC). Esta definición es utilizada también por el Consejo
Social y Cultural del Gobierno Holandés (mayo de 2005). Sin embargo,
en el Reino Unido, el término “multiplex” se usa en
la mayoría de las ocasiones para todos los cines recientemente
construidos con cinco o seis pantallas. Esto es lamentable, no solo debido
a la imposibilidad de obtener unidad alguna en el uso de un término
como éste en al menos los países de Europa Occidental, sino
también debido a que el criterio de cinco o seis pantallas señala
una diferencia arbitraria sin hacer referencia a una característica
distintiva. Además, el criterio de “construido al efecto
de” o “recientemente construido” no debería ser
utilizado dado que únicamente deberían importar las características
de conversión o ampliación de un cine. (Para los usos desviados
de término “multiplex” véase también
el ensayo “Multiscreen, multiplex, megaplex?” que introduce
el capítulo “Multiplexes en Europa”). Para dar una
impresión global de la medida en la que los multiplexes han penetrado
en los respectivos mercados cinematográficos, el Grupo de Investigación
de MEDIA Salles introdujo el concepto de grado de penetración de
los multiplexes, que significa el número de pantallas existentes
en los multiplexes según el porcentaje del total de número
de pantallas. Estos grados se indican en la tabla “Densidad de pantallas
en multiplexes”. No obstante, puede entenderse, naturalmente, que
esto ofrece tan sólo una perspectiva aproximada, si nos percatamos
de que los cambios en estos denominados grados dependen igualmente de
los cambios en el número de pantallas fuera de los multiplexes.
Un nuevo concepto en las tablas comparativas (“Los multiplexes en
Europa”) son los cocientes entre el número de espectadores
por pantalla en los multiplexes y el número de espectadores por
pantalla en los restantes cines. Estas cifras son una clase de indicador
de la eficacia relativa de las pantallas en los multiplexes en un país.
Una ventaja de este indicador es la de que no depende de los valores absolutos
de los numeradores y de los denominadores, si no únicamente con
respecto a las dos cifras, haciendo posible la comparación de los
diferentes mercados a este respecto (por ejemplo en 2003 el número
medio de entradas por pantalla en los multiplexes en Bélgica fue
muy inferior al de los Países Bajos pero, debido a la mayor diferencia
con respecto al número de entradas por pantalla en los restantes
cines, la eficacia relativa fue superior en Bélgica [véase
la tabla a la p. 152]). Debería tenerse en cuenta que este indicador
es de poca importancia en un año con un aumento global relativamente
sustancial de pantallas en los multiplexes abiertos en el transcurso del
año, especialmente en la última parte del mismo (éste
era, por ejemplo, el caso de los Países Bajos en el 2000 y el 2002).
Además, el cálculo del indicador no es significativo cuando
el grado de penetración de los multiplexes alcanza valores muy
elevados, digamos > 65%, dado que la composición de los demás
cines restantes afecta a sus posibilidades de comparación (ej.
cuando existen apenas más pantallas con una programación
dominante fuera de los multiplexes en las grandes ciudades).
Dr Joachim Ph. Wolff
1 J. Ph. Wolff, “The exhibition of European films revisited”
(documento presentado en el seminario de MEDIA Salles durante el Cinema
Expo International, Amsterdam, junio 1999)
2 Esta recomendación también fue hecha por el Dr André
Lange (Eur. Audiovisual Observatory, Estrasburgo). Véase E. J.
Borsboom y J. Ph. Wolff (eds.), “Proceedings of the Seminar on Film
Statistics on 26 June 2002 in Amsterdam ” (Research Foundation of
the Neth. Cin. Fed., julio 2002). Véase también: J. Ph.
Wolff, “Non domestic European Films on the West European markets”
(European Cinema Journal, mayo 2002).
3 J. Ph. Wolff, “Production is Key in the Film Industry”,
Lelystad, 1998, p. 300. (Su primer cálculo correspondiente a 1991
fue citado por el London Economics en “Cinema Exhibition in Europe.
White Book of the European Exhibition Industry”, Vol. 2 de MEDIA
Salles, vol. II, p. 15).
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